Historias de Pacientes: Izzi

“Fue un problema que tuve que afrontar. Oyes que estas cosas les pasan a otros y piensas: ¿qué más da? Pero cuando te pasa a ti, se vuelve tan real. Uf.”

Izzi no es el tipo de persona de la que esperarías que hablara abiertamente sobre hacerse pruebas de ITS. Cuando Better2Know habló por primera vez con ella en una videollamada, llevaba un maquillaje perfectamente hecho y un vestido azul claro de flores, como si estuviera a punto de pasar una tarde con amigos en una terraza. Habla en voz baja, y sus respuestas son cortas y medidas, como si estuviera a punto de decir algo de lo que no está del todo segura.

“Lo siento”, dijo, llevándose las manos a la cara. “Esto es difícil.”

La historia de Izzi comenzó cuando estaba en sus veintes. Hizo un viaje en grupo a Ámsterdam, donde conoció a un profesor de historia llamado Rolf, a través de uno de sus primos que vivía en Róterdam. Se conocieron una noche en un bar cerca de una parada de tranvía, justo cuando se encendían las luces, marcando el final del día a las seis de la tarde.

“Parecía muy interesante. Creo que compartíamos el sentido del humor. Dijo que su tío era animador en Finlandia y había trabajado en los Moomins. Yo adoraba a los Moomins de niña. Después de que me contó eso, ya estábamos conectados.”

Izzi terminó extendiendo su viaje de cuatro a siete días. Se quedó con Rolf en un pequeño piso con vistas a un canal y a una plaza donde una orquesta daba conciertos gratuitos.

“Nunca había hecho algo así antes. No es propio de mí. Tampoco creo que lo vuelva a hacer. ¡Mi jefe me reprendió en el trabajo! Al final tuve una sensación extraña con todo el asunto, y ya estaba lista para volver a casa. Además, después del tercer día, ya no teníamos mucho más que hacer. Solo se puede sacar hasta cierto punto de una situación así.”

Izzi y Rolf siguieron en contacto durante unos meses, siempre con la intención de volver a verse, pero nunca lo lograron. Con el tiempo, el viaje se fue desvaneciendo en su memoria, y ella siguió con su vida.

“Recuerdo que en ese momento era importante hacerme una prueba para saber si había contraído algo. Me la hice, y salió negativa. Así que después no pensé mucho más en ello.”

Izzi volvió a Londres, trabajando en una editorial académica como asistente editorial. Pero seis meses después de su viaje, conoció a Tim, un ingeniero de Flintshire.

“Tim sentía muy fuertemente que ambos debíamos hacernos pruebas antes de [intimar]. A mí no me importó. Le dije que me había hecho una prueba recientemente, pero que podía repetirla si [eso lo dejaba tranquilo]. Él decía que su madre siempre le insistía en usar protección, en hacerse pruebas lo más a menudo posible, ya que en su momento ella contrajo Hepatitis. Yo no estaba preocupada, porque la primera vez había salido negativa.”

Sin embargo, Izzi estaba equivocada en sus suposiciones. Se hizo una prueba con un servicio privado y, cuando llegaron los resultados, se sorprendió al ver que había dado positivo por Clamidia.

“Fue muy embarazoso. Yo estaba tan tranquila con todo el asunto. Me quedé realmente en shock. Tampoco tuve ningún síntoma; ningún signo de que algo anduviera mal.”

Izzi se preguntaba cómo había podido ocurrir, ya que se había hecho una prueba tras su relación con Rolf.

“Creo que quizá me hice la prueba demasiado pronto. Estuve investigando. Aparentemente, no puedes dar positivo hasta que haya pasado un tiempo. Me la hice enseguida. Puede que no le diera el tiempo suficiente.”

Finalmente, Izzi se sintió agradecida con cómo se resolvió todo. Fue a su médico, le dieron medicación, y la infección desapareció casi de inmediato.

“Tuve mucha suerte. Si no hubiera conocido a Tim, probablemente nunca me habría enterado de que la tenía. Me habría sentido fatal de habérsela contagiado, sobre todo a él. Y luego están los problemas de salud a largo plazo. Sé que tener Clamidia mucho tiempo puede interferir con la posibilidad de tener hijos. Me puse a leer demasiado en Wikipedia. Por suerte, me hice pruebas y mi médico de cabecera me dijo que todo estaba bien en ese aspecto.”

Izzi fue categórica cuando le preguntamos qué les diría a otras personas que están pensando en hacerse una prueba.

“No vale la pena posponerlo. Conozco a algunas personas que no se han hecho pruebas y probablemente deberían. Son solo unos minutos. Y ya está.”

Cuando le preguntamos si iba a tener hijos, Izzi dijo que estaba haciendo planes.

“Por ahora, solo intentamos divertirnos y no pensar demasiado en ello. ¿Quién sabe lo que podría pasar?”