Historias de Pacientes: Rick

Cuando conoció a la mujer que se convertiría en su pareja a largo plazo, Rick se dio cuenta de que tenía un asunto pendiente que resolver.

Profesional de la comunicación con casi diez años de experiencia en el NHS, Rick podía recitar de memoria los consejos estándar sobre cómo cuidar la salud. Pero no siempre los tomaba muy en serio. Hasta que tuvo que hacerlo.

“No había pensado demasiado en el riesgo potencial de una ITS después de haber tenido sexo sin protección con un par de personas”, contó Rick a Better2Know durante una entrevista por Zoom. Incluso sentado frente a la cámara, se notaba que Rick era muy alto por el ángulo. Habla con calidez y seguridad, gesticulando con rapidez, lo que refleja la intensidad de lo que siente al hablar de su pasado. “Dudo que mucha gente lo piense en el momento. Probablemente es solo una de esas cosas, ¿sabes?”

A los 26 años, el primer matrimonio de Rick se rompió, y pasó los siguientes cinco años soltero. Era el típico hombre de ciudad en Mánchester, frecuentando bares alternativos y la escena musical en vivo, buscando aventuras con determinación. Trabajó en varios departamentos de comunicación de trusts del NHS en la ciudad y también en Liverpool, además de editar una revista en línea sobre música punk y dirigir un grupo local de escritura creativa.

Su soltería terminó cuando conoció a Hannah, una gerente de logística alemana que trabajaba en una farmacéutica británica. Se conocieron en una aplicación de citas y sus primeras salidas fueron a proyecciones de cine finlandés y a conciertos en el O2.

“Era bastante obvio. Esto era lo que buscaba”, dijo Rick. “Cuando vimos La La Land juntos, supe que iba en serio.”

Esa seriedad fue la que llevó a Rick a reflexionar sobre su historial sexual. “Pensé: ‘Mejor asegurarme de estar limpio porque realmente me gusta esta persona’.”

Como muchas personas, la idea de tener una ITS nunca había pasado realmente por su mente. Cuando estaba soltero y sexualmente activo, Rick siempre había sido muy cuidadoso al usar protección. Pero había un par de encuentros que se le habían quedado grabados: momentos en los que podría haber sido más precavido.

“Empecé a investigar de inmediato [cómo hacerme una prueba], qué había disponible cerca de mí y qué podía ser lo más discreto”, dijo. “Me hice la prueba en una semana.”

Tuvo que superar algunas barreras personales para lograrlo. Cuando le preguntamos qué se interponía en su camino, fue directo: “Creo que principalmente… eran mis propias inseguridades. Fui a una clínica y me sentí avergonzado, a pesar de que ellos veían a muchas personas como yo cada día. Una vez me marché cuando llegué a la puerta porque me asusté. Volví unos días después y me alegré de haberlo hecho.”

Como muchos otros, se preguntó por qué había esperado tanto. Por supuesto, un resultado negativo ayudó.

“Me sentí enormemente aliviado. De repente me pareció trivial, pero sabía que seguía siendo importante haberlo hecho. Es probablemente lo mejor que he hecho y de lo que no puedo hablar mucho.”

Su preocupación por las ITS ocurrió hace unos siete años. Ahora Rick vive en el sur de Mánchester con Hannah, sus dos hijos y su beagle. Está convencido de que su vida actual solo es posible porque se tomó el tiempo de hacerse la prueba. “Si hay algo que te ronda en la cabeza, hazle caso a tu instinto. Incluso si al final sale negativo, te alegrarás de haberlo hecho.”